Cómo prevenir el Síndrome Metabolico para prevenir el Riesgo Cardiovascular
El Síndrome Metabólico es la asociación entre varios factores de riesgo en un individuo que aumentan su probabilidad de padecer una enfermedad cardiovascular o diabetes mellitus. La obesidad central, el sedentarismo y una dieta inadecuada son factores de riesgo de este síndrome, por tanto la modificación de los hábitos de vida es la primera intervención que debemos realizar para prevenirlo.
La dieta sigue siendo una de las estrategias de reducción del riesgo cardiovascular más importantes. La disfunción entre la energía ingerida y la gastada, y la ingesta elevada de algunos alimentos en detrimento de otros, se asocian con la presencia de cada uno de los componentes del Síndrome Metabólico. Se ha demostrado el beneficio de dietas con baja cantidad de carbohidratos, bajo consumo de grasa saturada y bajo índice glucémico para reducir la incidencia de la diabetes tipo 2. Diversos estudios recomiendan dietas hipocalóricas a favor del consumo de frutas, verduras, cereales no refinados y pescado.
La diabetes mellitus es uno de los mayores retos del siglo XXI. En el año 2025, según datos de la Organización Mundial de la Salud, de 200 a 300 millones de personas de todo el mundo desarrollarán Diabetes Mellitus tipo 2. Las causas principales de esta epidemia son los cambios en el estilo de vida así como cambios económicos.
Existen múltiples factores de riesgo para el desarrollo de este tipo de diabetes. La mitad del riesgo puede atribuirse a factores ambientales, principalmente obesidad y sedentarismo, mientras que la otra mitad puede atribuirse a factores genéticos. Otros factores a tener en cuenta son la edad, el tabaquismo, el nivel socioeconómico, el lugar de residencia, etc.
La hipertensión arterial también es un factor de riesgo cardiovascular indiscutible. Se recomienda para su prevención una dieta que favorezca el consumo de frutas, verduras, cereales integrales, lácteos desnatados, carne de ave, pescado y frutos secos, en contra de carne roja, dulces y bebidas azucaradas.
En cuanto a la obesidad, el aumento progresivo de peso, incluso de forma leve a lo largo de los años, favorece el desarrollo del Síndrome Metabólico y de cada uno de sus componentes por separado. También se ha demostrado que su control puede reducir la incidencia del síndrome.
Como conclusión, tanto el Síndrome Metabólico en su conjunto como los componentes que lo configuran de forma aislada, se relacionan con un aumento del riesgo cardiovascular. El tratamiento y el control de cada uno de ellos pasan por la modificación de los hábitos de vida, la adaptación de la dieta a una más equilibrada y el aumento de la actividad física.
Fuente: Revista Española de Salud Pública, Sep.-Oct. 2007.
Artículo recomendado por nuestro seguidor de Facebook (www.facebook.com/Ync25) Jorge Aliment-Art.
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Marta Gámez
Directora Técnica de Grupo NC Salud