Cuidados para un vientre plano
Michelines, hinchazón, y flacidez son algunos de los enemigos del abdomen y la cintura. Además, en verano tomamos más bebidas con gas (refrescos, cerveza, etc.), nos relajamos más con la dieta, comemos más, más alimentos fritos, rompemos la rutina, comemos a deshoras, etc. Los cambios de hábitos (viajes, etc.) también pueden hacer que suframos estreñimiento, desequilibrios de la flora intestinal, etc. Aquí hay algunos trucos que nos pueden ayudar a contrarrestar todos estos factores.
Algunas soluciones:
Debemos controlar el estrés, que provoca ansiedad y ganas de comer. En cuanto a nuestra dieta, debemos evitar bebidas con gas, favorecer el tránsito intestinal (con los alimentos integrales, kiwi, ciruela, etc.), evitar alimentos que provoquen digestiones pesadas y lentas (como pueden ser los fritos, quesos grasos, dulces, etc.), beber de 2 a 3 litros de agua, tomar fruta (sobre todo las depurativas: piña, melón, uvas, sandía, frutas rojas, peras de agua, etc.).
Comer despacio, masticando muy bien la comida y procurando no tragar aire cada vez que nos llevemos el bocado a la boca. Si tomamos alimentos potencialmente flatulentos, lo ideal es combinarlos con especias o plantas que contrarresten este efecto, por ejemplo: las legumbres se pueden cocinar con comino y anís verde, que reducen la aparición de los molestos gases.
El consejo a seguir más importante es la constancia, no sirve de nada hacer todos estos consejos si no se mantienen por semanas o meses. Ser paciente, la tripa no sale de un día para otro y tampoco se elimina de un día para otro.
Además, un vientre plano no es sólo estética; es salud. Unos niveles demasiado elevados de grasa abdominal se relacionan con un mayor riesgo cardiovascular, más que la grasa de otras áreas corporales.
Tener un vientre plano no sólo nos ayuda a tener una figura más estética, sino que también alarga nuestra vida en cantidad y en calidad.
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Marta Gámez
Directora Técnica de Grupo NC Salud