No es necesario que sepamos cuántas calorías aporta cada alimento, basta con identificar los ingredientes más calóricos para controlar su ingesta. De lo contrario, esas calorías encubiertas pueden echar a perder los efectos de tu dieta y tus esfuerzos por mantener una alimentación equilibrada.

Descubre las calorías escondidas en los líquidos:

Exceptuando al agua, todas las bebidas nos aportan calorías. El alcohol y los refrescos son probablemente los que más tenemos en cuenta, sabemos que son muy calóricas y que además no proporcionan sensación de saciedad, por lo que seguimos con apetito e ingerimos aún más calorías de las que necesitamos. Sin embargo hay otras bebidas que nos pueden parecer más ligeras pero que también aportan muchas calorías. Los zumos de fruta, por ejemplo, aportan vitaminas y minerales pero también suman calorías, principalmente si son industriales. Es importante distinguir entre “zumos” y “néctares”, puesto que los segundos aportan más calorías.

Descubre las calorías escondidas en las ensaladas:

Probablemente el primer plato que nos viene a la mente cuando pensamos en “bajo en calorías” es la ensalada. Sin embargo, es justamente donde puede encontrarse gran cantidad de calorías escondidas. En primer lugar, el aliño es una importante parte de la ensalada a la que normalmente no prestamos suficiente atención. Si somos demasiado generosos con las salsas, las calorías se multiplican. Un aliño saludable debería componerse de unas gotas de vinagre o limón, y una cucharadita de aceite. También debemos controlar los ingredientes añadidos como frituras, queso, pan, etc. Si preparas tu ensalada ligera en casa, opta por unas pipas de girasol, unos trocitos de manzana o un huevo cocido.

Descubre la grasa escondida:

Normalmente las grasas son la principal fuente de nuestro exceso de calorías. Es fácil cometer excesos con salsas como la mayonesa, quesos, frituras, etc. Las grasas además no nos proporcionan sensación de saciedad, por lo que seguiremos comiendo y al final ingerimos muchas más calorías de las que nuestro organismo necesita. De este modo fomentamos el acumulo de grasas en nuestro organismo.

Existen trucos sencillos para reducir la grasa escondida en tu dieta: Elige lácteos desnatados, controla la cantidad de aceite al cocinar, evita el consumo de platos preparados y cuidado con los alimentos llamados “light” (que, aunque con una cantidad inferior a la versión normal, pueden seguir siendo grasos y muy calóricos).

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Reduce calorías comiendo.

Marta Gámez

Directora Técnica de Grupo NC Salud