Existen dos tipos, el de granja y el salvaje ya que está en peligro de extinción.

El salvaje se cría en libertad y su carne es característica por tener un sabor más fuerte, pero es menos pesada que el que se cría.

El de granja presenta un mayor contenido en proteínas y una menor cantidad de grasas.

Su contenido en sodio es bajo, lo cual es ideal para personas hipertensas. Contiene una importante cantidad de fósforo ideal para fortalecer los huesos y vitamina B, esencial para el crecimiento y la producción de glóbulos rojos.

Admite diferentes preparaciones como asado, braseado, a la cazuela y relleno aromatizado con vino.

Combina muy bien con setas, manzanas y cebolla.

Consejo Nutrición Center:

Recomendamos que se utilicen ejemplares carnosos, con las garras blandas y las patas flexibles sin roturas.